Destrucción de la vegetación y deforestación
Los daños en bosques tienen causas naturales (temperaturas altas, sequías, plagas) y humanas (contaminación atmosférica). Provocan defoliación y decoloración que debilitan los árboles y los hacen más vulnerables.
La alteración ocurre cuando sustituimos especies autóctonas por otras de mayor rendimiento económico. Esto reduce la biodiversidad forestal, modifica negativamente el suelo y afecta la flora y fauna local. Es como cambiar un ecosistema complejo por un monocultivo.
La deforestación destruye la cubierta vegetal por talas (para cultivos, pastos, construcciones) e incendios forestales. Estos tienen mayor incidencia en verano y, aunque algunos son naturales (rayos), la mayoría son provocados por negligencia o intencionadamente. Galicia y Castilla y León son las más afectadas.
Las consecuencias son graves: aumento de emisiones de CO₂, incremento de la erosión, reducción de biodiversidad, pérdida de valor paisajístico y económico, y víctimas humanas.
Plan de acción: El Plan Forestal Español 2002-2032 apuesta por desarrollo sostenible, uso multifuncional del bosque, prevención mediante educación y vigilancia, y prohibición de recalificar terrenos quemados durante 30 años.