Los ríos de la vertiente atlántica en España forman un sistema hidrográfico fundamental para la península ibérica. Estos ríos se caracterizan por ser los más largos y caudalosos de España, con cuencas extensas que atraviesan grandes territorios. Los principales ríos son el Duero, Tajo, Guadiana y Guadalquivir, que nacen en las montañas del interior y desembocan en el océano Atlántico.
Las cuencas fluviales de la Meseta española son particularmente importantes por su extensión y características. El Duero, que recorre la submeseta norte, tiene afluentes significativos tanto por su margen derecha como izquierda, recibiendo aportes de la Cordillera Cantábrica y del Sistema Central. El Tajo, que atraviesa la submeseta sur, es el río más largo de la península y forma profundos valles, especialmente en su curso alto. El Guadiana, también en la submeseta sur, tiene un curso más irregular y forma importantes vegas agrícolas.
Los características de los ríos de la vertiente cantábrica son muy diferentes a los atlánticos. Estos ríos son más cortos pero muy caudalosos debido a las abundantes precipitaciones de la zona. Tienen un régimen regular a lo largo del año y sus pendientes son pronunciadas por la cercanía entre las montañas y el mar. Entre los más importantes están el Nalón, Nervión y Bidasoa. Sus cuencas, aunque pequeñas, son fundamentales para el desarrollo de actividades económicas como la industria y la producción hidroeléctrica. Además, estos ríos mantienen ecosistemas únicos y son esenciales para la biodiversidad de la región cantábrica.