Europa bajo Napoleón y las revoluciones liberales
Napoleón ganó popularidad como Primer Cónsul al lograr la paz interna y realizar importantes reformas. Su éxito le llevó a convertirse en Cónsul Vitalicio en 1802 y finalmente en Emperador de los franceses en 1804.
El Imperio Napoleónico (1805-1815) conquistó casi toda Europa Occidental excepto Gran Bretaña, que derrotó a Francia en la Batalla de Trafalgar. El imperio comenzó a caer tras el fracaso francés en Rusia y la derrota en España. Napoleón fue exiliado a Elba, pero escapó y recuperó el trono brevemente hasta su derrota final en Waterloo (1815).
Las revoluciones liberales del siglo XIX surgieron tras la restauración del absolutismo. La Revolución de 1820 afectó a la zona mediterránea y Rusia, pero fracasó. La Revolución de 1830 comenzó en Francia y se extendió por Europa, estableciendo monarquías constitucionales, aunque con derechos limitados y sufragio restringido.
💪 ¡Tú puedes entender estos complejos cambios históricos! Piensa en las revoluciones como olas de cambio: cada una avanzaba un poco más hacia la libertad y los derechos que hoy disfrutamos.
La Revolución de 1848, iniciada en Francia con el establecimiento de la Segunda República, se extendió por Europa. Los revolucionarios levantaron barricadas exigiendo más derechos, soberanía popular y sufragio universal masculino. Como resultado, muchos países occidentales establecieron un liberalismo conservador, pero la burguesía fue quien más se benefició, mientras las clases populares no obtuvieron todas las reformas esperadas.