La literatura barroca española representa uno de los períodos más importantes y complejos de las letras hispánicas, desarrollándose principalmente durante el siglo XVII.
El contexto histórico del Barroco se caracteriza por una profunda crisis social, económica y política en España. La sociedad experimenta un pesimismo generalizado debido a la decadencia del Imperio español, las guerras continuas y las epidemias. Esta situación se refleja directamente en la literatura de la época, donde predominan temas como el desengaño, la fugacidad de la vida y la muerte. Las características del barroco literario español incluyen un lenguaje complejo y artificioso, el uso frecuente de metáforas elaboradas, y una tendencia hacia el contraste entre realidad y apariencia.
Entre los principales autores de la literatura barroca destacan Luis de Góngora, Francisco de Quevedo y Lope de Vega, quienes representan las dos corrientes estilísticas fundamentales: el culteranismo y el conceptismo. Góngora, máximo exponente del culteranismo, se caracteriza por su lenguaje refinado y sus complejas metáforas, como se aprecia en obras como "Soledades" y "Fábula de Polifemo y Galatea". Por su parte, Quevedo, representante del conceptismo, destaca por su ingenio y juegos de palabras, siendo "Érase un hombre a una nariz pegado" uno de sus poemas más conocidos. La rivalidad entre Góngora y Quevedo se manifestó en numerosos insultos y críticas mutuas que han pasado a la historia de la literatura. Lope de Vega, aunque más conocido por su teatro, también desarrolló una importante obra lírica que combina la tradición popular con la culta. Los temas de la literatura barroca incluyen el amor, la muerte, el tiempo, el desengaño, la religión y la crítica social, tratados con una complejidad formal y conceptual característica de la época.