La revolución agrícola: el motor del cambio
El aumento de población exigía más comida, lo que disparó las innovaciones agrícolas. Los agricultores abandonaron el sistema de barbecho y adoptaron el sistema Norfolk o rotación de cultivos en cuatro años.
Las herramientas también evolucionaron: el arado de madera fue sustituido por el de hierro, y aparecieron sembradoras, trilladoras y cosechadoras mecánicas. Además, las revoluciones liberales acabaron con las propiedades señoriales, y la tierra pasó a ser propiedad individual de la burguesía.
La ganadería se modernizó dedicando terrenos específicos al forraje, lo que aumentó significativamente la producción.
Los agricultores obtuvieron mayores beneficios y muchos invirtieron sus ahorros en el sector industrial o bancario, financiando así el crecimiento industrial.
💡 Sabías que: El trébol en la rotación de cultivos ayudaba a recuperar los nutrientes del suelo, revolucionando la agricultura sostenible.