La Revolución Industrial fue el resultado de un conjunto de cambios económicos y tecnológicos que se produjeron por primera vez en Gran Bretaña, a mediados del siglo XVIII, y que dieron lugar a una profunda transformación de la economía y la sociedad.
Origen de la Revolución Industrial
La Revolución Industrial se puede dividir en dos fases: la Primera Revolución Industrial, que comenzó hacia el 1760, y la Segunda Revolución Industrial, que se inició en torno a 1870. A consecuencia de ello, la población se hizo más resistente a las enfermedades, lo que provocó un aumento de la demanda de productos agrícolas e industriales y permitió disponer de más mano de obra para emplear en las nuevas fábricas.
Factores que provocaron la Revolución Industrial en Gran Bretaña
La Revolución Industrial en Gran Bretaña fue el resultado de la Revolución Agrícola, la aparición de una nueva mentalidad, la existencia de nuevos y amplios mercados, y la abundancia de yacimientos de hierro y carbón, que eran necesarios para poner en marcha las nuevas fábricas.
La Revolución Agrícola trajo consigo la mejora de las técnicas agrícolas, la reforma de la ganadería y el cambio de las estructuras agrarias. Esto provocó un éxodo rural y cambios sociales y económicos debido a la difusión de la ideología del liberalismo económico.
La Primera Revolución Industrial
La Primera Revolución Industrial se caracterizó por el paso de la elaboración de manufacturas en pequeños talleres a la creación de las primeras fábricas. La concentración de las actividades industriales en determinados lugares, la especialización de los obreros, y el aumento de la productividad a través de la división del trabajo fueron elementos clave de esta etapa.
Consecuencias de la Primera Revolución Industrial
La Primera Revolución Industrial trajo consigo la aparición de la industria siderúrgica, que permitió la mayor producción del hierro y la creación de modernos altos hornos. Sin embargo, también significó la explotación de niños en las fábricas, con casos de enfermedades y condiciones inhumanas de trabajo.
El liberalismo económico
De forma paralela al proceso de industrialización se difundió por el mundo occidental una nueva doctrina económica: el liberalismo. Esta doctrina estaba basada en la teoría expuesta por Adam Smith y defendía la libertad económica, la no intervención del Estado en la economía, y la división del trabajo.
En resumen, la Revolución Industrial en Gran Bretaña fue un proceso que transformó la economía, la sociedad y la forma de pensar de las personas. Sus consecuencias, tanto positivas como negativas, se siguen sintiendo en la actualidad.