El hijo de Pipino I el Breve comenzó a controlar el Imperio Carolingio tras la muerte de su padre en el año 768. Más tarde, extendió sus dominios hasta que en el año 800 fue coronado Emperador en Roma por el Papa León III. Recibió el título de Magno por seguir controlando sus grandes y extensos dominios. Su sueño era restaurar el Imperio romano de Occidente, por lo que estableció su capital en Aquisgrán (actual Alemania), donde construyó su palacio. Después de su muerte en el 814, su hijo Luis el Piadoso tomó el poder. En el 893, el Imperio Carolingio se dividió en dos: Francia y Germania (futura Alemania). Un siglo después, Otón I ocupó toda Europa central y parte de Italia, fundando el Sacro Imperio Romano Germánico.
La capital del Imperio Carolingio fue Aquisgrán, ubicada en la actual Alemania, donde Carlomagno estableció su palacio.
El emperador gobernaba desde su palacio con la ayuda de la corte. Nombraba a los condes para gobernar en las provincias que se llamaban condados. Las provincias fronterizas eran dirigidas por un marqués, y los territorios más importantes eran dirigidos por duques.
La aparición del islam bloqueó las rutas comerciales entre Europa Occidental y Oriente, lo que hizo que la principal fuente económica fuese la agricultura. Carlomagno y sus sucesores premiaban a sus nobles con grandes terrenos.
La sociedad del Imperio Carolingio estaba basada en una estructura jerárquica, con el emperador en la cúspide, seguido por los condes, marqueses y duques, y finalmente los campesinos y siervos en la base de la pirámide social.
Los monjes desempeñaron un papel crucial en la preservación de la cultura del Imperio Carolingio. Copiaban textos antiguos para no perderlos e inventaron una nueva escritura redondeada que se leía mejor, conocida como escritura carolingia. También surgió un estilo arquitectónico que utilizaba arcos de medio punto, muros de piedra y ladrillo.
En resumen, el Imperio Carolingio tuvo su origen en el control de los dominios de Pipino I el Breve, con su capital en Aquisgrán. Su economía se basó en la agricultura debido al bloqueo de las rutas comerciales por la aparición del islam, y su cultura fue preservada en gran medida por los monjes a través de la escritura carolingia y el desarrollo de un nuevo estilo arquitectónico.