La ciudad musulmana: urbanismo y sociedad
Mientras Europa se ruralizaba, las ciudades musulmanas florecían como centros de poder, comercio y cultura. La Meca, Medina y Jerusalén eran los centros religiosos, pero las capitales como Damasco, Bagdad y Córdoba eran auténticas metrópolis.
El plano urbano era súper característico: calles estrechas y tortuosas, la medina (recinto urbano amurallado), la mezquita principal o aljama, el alcázar (palacio de autoridades) rodeado por la alcazaba (murallas defensivas), el zoco de artesanos y mercaderes, y las alhóndigas (almacenes y hoteles para mercaderes).
Las casas musulmanas eran súper íntimas y familiares. Fachadas sin adornos al exterior pero con patios interiores preciosos con fuentes y jardines. Las estancias de hombres estaban cerca de la entrada y las de mujeres (harén) en la parte trasera o superior. Mobiliario escaso pero elegante: esteras, cojines, alfombras y divanes.
La sociedad era diversa étnicamente (árabes, persas, bereberes, eslavos) pero jerárquica religiosamente. La aristocracia árabe dominaba, los grupos populares (campesinos, artesanos, comerciantes) incluían musulmanes, muladíes (cristianos convertidos), judíos y cristianos (que pagaban más impuestos), y en la base estaban esclavos y cautivos.
¡Dato sociológico clave! La tolerancia religiosa musulmana no significaba igualdad de derechos. Cristianos y judíos podían vivir y trabajar pero tenían restricciones políticas y económicas.