El Nazismo Alemán
El nazismo fue el régimen totalitario más destructivo de la historia, impuesto en Alemania por Adolf Hitler. Todo comenzó cuando, tras la Primera Guerra Mundial, el káiser Guillermo II abdicó y se creó la República de Weimar, un gobierno democrático que heredó todos los problemas de la guerra.
En 1921, Hitler se convirtió en líder del Partido Nacionalista Obrero Alemán (partido nazi), que era antidemocrático y rechazaba completamente el Tratado de Versalles. Hitler intentó un golpe de estado en 1923, pero fracasó y fue encarcelado durante un año.
La crisis de 1929 fue la oportunidad perfecta para Hitler: el descontento social hizo que los nazis ganaran las elecciones de 1932, y en 1933 el presidente Hindenburg nombró a Hitler canciller.
Hitler estableció su dictadura muy rápidamente: en febrero de 1933 aprovechó el incendio del Reichstag para culpar a los comunistas y conseguir plenos poderes, declaró el estado de emergencia suspendiendo libertades y derechos, creó la Gestapo (policía secreta) para controlar y eliminar opositores. En 1934 realizó la "Noche de los cuchillos largos", eliminando incluso a miembros de su propio partido.
Con el poder asegurado, Hitler desarrolló su programa completo: centró la economía en la industria armamentística, inició la expansión por territorios perdidos, legisló contra el pueblo judío con las Leyes de Núremberg (1935) y la "Noche de los cristales rotos" (1938), y adoctrinó sistemáticamente a los jóvenes en el nazismo.
Advertencia histórica: Hitler llegó al poder de forma legal, demostrando que la democracia puede ser destruida desde dentro si no se protege activamente.