Contexto Histórico y Consecuencias
El momento elegido por los persas no fue casualidad. España acababa de terminar la Guerra de la Independencia (1808-1814) contra los franceses, y el país estaba completamente dividido. Mientras Fernando VII estuvo prisionero de Napoleón, las Cortes de Cádiz habían aprobado la primera constitución liberal de España.
La Constitución de 1812 había revolucionado el país con ideas increíblemente avanzadas para la época: soberanía nacional, división de poderes, sufragio universal masculino y igualdad ante la ley. También eliminó estructuras del Antiguo Régimen como los señoríos, los gremios y hasta la Inquisición. Estas reformas inspiraron movimientos independentistas en América.
Sin embargo, el éxito del manifiesto frenó en seco este progreso liberal. La restauración del absolutismo trajo represión contra los liberales, pero la lucha no terminó ahí. En 1820 estalló la Revolución Liberal, dando paso al Trienio Liberal (1820-1823), donde se recuperó temporalmente la Constitución.
Para recordar: Este conflicto entre absolutistas y liberales marcó todo el siglo XIX español, provocando guerras civiles, represión, exilios y una constante inestabilidad política que duró décadas.