La Vida en las Nuevas Ciudades
Las ciudades crecieron tan rápido que nadie estaba preparado para tantos cambios. Miles de trabajadores se amontonaban en barrios industriales con condiciones de vida terribles: casas diminutas, poca higiene y enfermedades por todas partes. Era el precio de la modernidad.
Pero la energía no se quedó solo en el vapor. Aparecieron nuevas fuentes como la energía hidráulica y, más tarde, la electricidad. Esta última fue revolucionaria porque permitió crear inventos increíbles y mejorar el transporte y las comunicaciones de formas que nadie imaginaba.
Los avances en transporte cambiaron las reglas del juego completamente. Los canales y las redes ferroviarias conectaron ciudades y países como nunca antes. El telégrafo permitió enviar mensajes a largas distancias en tiempo récord, facilitando los negocios y las relaciones internacionales.
⚠️ Importante: Aunque Gran Bretaña empezó todo esto, países como Estados Unidos, Alemania y Francia pronto se sumaron, cada uno adaptando la industrialización a su propia cultura y necesidades.
Desafortunadamente, el medio ambiente pagó un precio alto. La contaminación del aire y de los ríos aumentó drásticamente, y la deforestación se disparó para conseguir materiales. Los efectos ambientales negativos fueron el lado oscuro de tanto progreso.