La Década Moderada: construcción del Estado liberal conservador
Entre 1844 y 1854, Narváez domina la política española aunque haya 16 gobiernos diferentes. No te confundas por la inestabilidad aparente: es él quien marca las pautas del liberalismo moderado que construye un Estado a medida de la alta burguesía y la aristocracia.
Su gran obra es la Constitución de 1845, que rompe con cualquier compromiso progresista. Establece la soberanía compartida entre el rey y las Cortes, refuerza enormemente el poder real (nombra senadores vitalicios, puede disolver las Cortes) y declara el catolicismo como única religión oficial.
El Estado moderado es centralista y uniforme: los gobernadores civiles controlan las provincias, el gobierno nombra alcaldes en ciudades importantes, y se reduce drásticamente el número de electores con la ley electoral de 1846. Solo los más ricos pueden participar en política.
La reforma fiscal de Mon (1845) moderniza la Hacienda con nuevos impuestos, incluido el odiado impuesto de "consumos" que encarece los alimentos básicos. También se firma el Concordato de 1851 con el Vaticano: el Papa reconoce a Isabel II, el Estado mantiene a la Iglesia, y se refuerza la confesionalidad católica del país.
💡 Sistema clave: Los moderados crean un liberalismo "doctrinario" que excluye a las clases populares pero da estabilidad a las élites propietarias.