El Imperio Carolingio y Bizancio
La historia se pone emocionante con Carlos Martel, quien en la batalla de Poitiers (732 d.C.) frenó el avance musulmán hacia Europa. Su nieto Carlomagno fue aún más ambicioso: expandió el reino franco, cristianizó pueblos enteros y en el año 800 d.C. el Papa lo coronó emperador.
Carlomagno organizó su Imperio Carolingio de forma muy inteligente: lo dividió en condados (unidades administrativas) y marcas (zonas fronterizas fortificadas). Sin embargo, tras la muerte de su hijo Luis el Piadoso, el imperio se fragmentó entre sus herederos.
Mientras tanto, en el este, el Imperio Bizantino continuaba la tradición romana oriental. El basileus (emperador bizantino) tenía poder absoluto y contaba con una organización impresionante: funcionarios eficientes, diplomáticos hábiles y un ejército poderoso.
La sociedad bizantina tenía una estructura piramidal muy clara: desde el basileus en la cima hasta los esclavos en la base. Las ciudades, especialmente Constantinopla, eran centros económicos y culturales prósperos. En 1054 d.C., el Cisma de Oriente dividió definitivamente la Iglesia en católica romana y ortodoxa oriental.
Recuerda: Carlomagno fue coronado emperador en el año 800 d.C., reviviendo la idea imperial en Occidente después de más de 300 años.