El Crack del 29 y la Gran Depresión
El 24 de octubre de 1929, conocido como el "jueves negro", la bolsa de Nueva York sufrió una venta masiva de acciones que causó su desplome. Este acontecimiento arruinó a empresas e inversores, provocando una grave crisis económica mundial conocida como el Crack del 29.
Las causas fueron diversas y profundas. Por un lado, la superproducción: durante la guerra, mientras los países implicados se centraron en la producción bélica, otros como Japón, Australia y Argentina se dedicaron a producir bienes de consumo. Cuando terminó el conflicto, todos volvieron a fabricar todo tipo de productos, generando excedentes. Por otro lado, la especulación: los bancos concedieron numerosos créditos que se invertían en bolsa por sus altos rendimientos, creando una burbuja donde el valor de las acciones no correspondía con los beneficios reales de las empresas.
Las consecuencias fueron devastadoras. Muchos bancos estadounidenses quebraron cuando los clientes, en pánico, retiraron su dinero masivamente. La demanda de productos cayó, los precios bajaron, numerosas empresas cerraron, los agricultores se arruinaron y el desempleo se disparó.
La crisis se extendió por todo el mundo debido a dos factores principales: Estados Unidos redujo drásticamente sus importaciones y la banca estadounidense repatrió los capitales que tenía en Europa, afectando especialmente a Alemania y Austria.