El Poder de la Iglesia: Más Fuerte que los Reyes
La Iglesia medieval tenía un poder que hoy nos resulta difícil de imaginar. No solo controlaba las creencias, sino también la política y la economía de toda Europa.
El clero se organizaba en dos ramas: el secular (arzobispos, obispos, sacerdotes) que vivía entre la gente, y el regular (monjes, monjas, frailes) que vivía en monasterios siguiendo reglas estrictas. La orden más importante era la de San Benito.
El papa era la figura más poderosa. Podía excomulgar a cualquiera, incluso a reyes, y cuando lo hacía, los súbditos ya no debían obediencia a su monarca. Además, la Iglesia era riquísima gracias a las donaciones de tierras y al diezmo (impuesto religioso que pagaba todo el mundo).
Las Cruzadas fueron el gran proyecto de la Iglesia. Entre 1095 y 1291 se organizaron ocho expediciones militares para reconquistar Jerusalén de manos de los turcos otomanos. La primera fue un éxito, pero las siguientes fueron desastres.
Curiosidad: Se crearon órdenes militares como los Templarios, monjes que también eran guerreros profesionales.
La religión marcaba toda la vida cotidiana: bautizos, matrimonios, entierros, fiestas... Todo giraba en torno a la Iglesia.