Bienios Republicanos: Reforma y Reacción
El Bienio Reformista (1931-1933) fue intensísimo. Alcalá-Zamora como presidente y Manuel Azaña como jefe de gobierno pusieron España patas arriba con reformas por todas partes.
Dieron autonomía a Cataluña, redujeron los oficiales del ejército, hicieron una reforma agraria expropiando latifundios, establecieron la jornada de 40 horas, legalizaron el divorcio y crearon 10.000 escuelas. Demasiados cambios, demasiado rápido.
Las tensiones explotaron y Azaña dimitió en 1933. Las siguientes elecciones las ganó la derecha, comenzando el Bienio Conservador (1933-1936). El Partido Radical con apoyo de la CEDA paralizó todas las reformas anteriores.
La izquierda se rebeló con la Revolución de Octubre de 1934, especialmente brutal en Asturias y Barcelona. La represión fue durísima, pero esto radicalizó aún más la política.
En febrero de 1936 ganó el Frente Popular (coalición de izquierdas). Azaña volvió al poder, pero la violencia política se disparó durante la Primavera Trágica de 1936. El asesinato de José Calvo Sotelo en julio fue la excusa perfecta para el golpe militar.
Para recordar: La Segunda República fue como un péndulo: dos años de reformas, dos años de reacción, y seis meses de caos antes de la guerra.