El ascenso y caída de Napoleón Bonaparte
¿Te imaginas pasar de ser un soldado cualquiera a gobernar medio continente? Eso es exactamente lo que le pasó a Napoleón Bonaparte, nacido en Córcega en 1769. Su historia es como una montaña rusa épica que te va a sorprender.
Durante la Revolución Francesa, Napoleón destacó como un militar brillante que sabía ganar batallas cuando otros fracasaban. En 1799 aprovechó el caos político para dar un golpe de estado y convertirse en cónsul, básicamente el líder de Francia.
Pero a Napoleón no le bastaba con ser solo el jefe del gobierno. En 1804 se proclamó emperador de Francia, coronándose a sí mismo en una ceremonia que dejó a toda Europa con la boca abierta. Desde ahí, su poder no paró de crecer hasta que cometió un error fatal.
¡Dato curioso! Su gran error fue intentar conquistar Rusia en 1812. El frío ruso y la resistencia enemiga destrozaron a su ejército, marcando el principio de su fin.
El final llegó rápido derrota en Waterloo en 1814, exilio en la isla de Elba, un breve regreso de cien días, y finalmente un segundo exilio en Santa Elena donde murió en 1821. Su legado incluye el famoso Código Napoleónico (un sistema de leyes moderno) y cambios profundos en las fronteras europeas que acabaron con el feudalismo para siempre.