La Escultura Romana: Retrato y Relieve Histórico
Los escultores romanos eran como fotógrafos de su época, pero en piedra. Combinaron la belleza idealizada griega con el realismo brutalmente honesto de los etruscos, creando un estilo único que nos permite "conocer" a personas que vivieron hace 2000 años.
El retrato romano evolucionó desde el realismo republicano hasta el idealismo imperial. En la República hacían bustos súper realistas como el Bruto Barberini, mostrando cada arruga y defecto. Con el Imperio, los retratos se suavizaron pero mantuvieron el realismo psicológico, como vemos en el Augusto de Prima Porta o el intenso retrato de Caracalla.
Los relieves históricos eran pura propaganda imperial. El Ara Pacis de Augusto, los relieves del Arco de Tito y la Columna de Trajano contaban historias de conquistas y ceremonias con técnicas increíbles de profundidad, colocando figuras en diferentes planos.
Dato sorprendente: El famoso grupo del Laocoonte, que creíamos griego original, resulta que es una copia romana. ¡Los romanos eran también maestros de la reproducción artística!
En el Bajo Imperio, con la llegada del cristianismo, la escultura se volvió más expresiva y simbólica, apareciendo relieves en sarcófagos con temas bíblicos y símbolos como el pez para representar a Cristo.