La economía andalusí: un modelo avanzado
Frente al ruralismo cristiano, Al-Andalus destacaba por su alto grado de urbanización y una agricultura orientada al mercado. Los musulmanes revolucionaron la agricultura introduciendo la aparcería (el campesino pagaba con parte de la cosecha) y ampliando los regadíos con acequias y norias.
Diversificaron los cultivos manteniendo la vid, olivo y cereales, pero añadiendo arroz, frutales, caña de azúcar, algodón y morera. Esta variedad agrícola se vinculaba directamente a las ciudades, que compraban los excedentes campesinos.
La artesanía urbana era fundamental: textiles de lana y seda, cuero, orfebrería, cerámica, papel y armas. En los puertos se desarrolló la industria naval, mientras que en el interior predominaba la artesanía agrícola.
El comercio era la joya de la corona económica. Entre los siglos VIII y IX, los musulmanes monopolizaron el comercio mediterráneo, exportando desde Al-Andalus lana, vidrio, aceite y vino. Su sistema monetario basado en el dinar (oro) y dirhan (plata) era tan sólido que lo usaban incluso los reinos cristianos.
Curiosidad: Los zocos (mercados) se ubicaban siempre cerca de las mezquitas y utilizaban las antiguas vías romanas para el transporte.