Pensamiento, ciencia y arte barroco en Italia
La revolución científica del XVII cambió nuestra forma de entender el mundo. Surgieron dos corrientes filosóficas fundamentales: el empirismo de Bacon, que defendía que "el conocimiento es fruto de la experiencia", y el racionalismo de Descartes, que propuso la duda metódica para alcanzar verdades mediante la razón.
Los descubrimientos científicos fueron espectaculares, aunque las universidades y la Iglesia los rechazaron. Galileo confirmó la teoría heliocéntrica con el telescopio, Kepler estableció las órbitas elípticas de los planetas, y Newton descubrió la descomposición de la luz y formuló las leyes de gravitación universal.
El arte barroco nació como propaganda del poder. Las obras reflejaban tanto el contexto religioso (Contrarreforma católica) como político (monarquías absolutas), sirviendo para exaltar el prestigio de la Iglesia y los reyes. En Italia, la escultura barroca se inspiró en Miguel Ángel y las obras helenísticas, destacando Bernini con "Apolo y Dafne".
La arquitectura barroca italiana se caracterizó por proyectos urbanos grandiosos y líneas curvas dinámicas. La pintura, representada por Caravaggio, dominó el color, el naturalismo y especialmente el uso dramático de luz y sombra, creando composiciones de gran dinamismo y profundidad.
Técnica clave: El uso de la perspectiva aérea y los contrastes de luz y sombra (claroscuro) revolucionaron la pintura, dando profundidad y dramatismo únicos a las escenas.