Las Tres Vertientes: Cantábrica, Atlántica y Mediterránea
Cada vertiente hidrográfica agrupa cuencas que desembocan en el mismo mar, y cada una tiene características únicas que las hacen especiales.
Los ríos cantábricos (como Nervión, Eo, Nalón) son cortos pero poderosos. Tienen gran fuerza erosiva y caudales abundantes gracias a las constantes precipitaciones. Son perfectos para la producción hidroeléctrica por su régimen regular.
Los ríos atlánticos son los gigantes de España: largos (excepto los gallegos y andaluces), con caudal abundante pero régimen irregular. El Miño, Duero, Tajo, Guadiana y Guadalquivir sufren estiajes veraniegos pero transportan enormes volúmenes de agua.
Recuerda: Los ríos mediterráneos son los más caprichosos, con caudales escasos y régimen muy irregular.
Los ríos mediterráneos (excepto el Ebro) son cortos, erosionan lentamente y tienen caudal escaso. Su régimen es muy irregular con fuertes estiajes veraniegos. Aquí encontramos torrentes (cursos intermitentes) y ramblas (cauces secos la mayor parte del año). Por eso necesitan embalses para regularizar el suministro de agua.