La nomenclatura de compuestos orgánicos es un sistema fundamental para nombrar y clasificar las moléculas que contienen carbono. Este sistema permite identificar la estructura y composición de diferentes compuestos a través de reglas específicas establecidas por la IUPAC (Unión Internacional de Química Pura y Aplicada).
Los hidrocarburos saturados y no saturados son la base de la química orgánica. Los hidrocarburos saturados, como los alcanos, tienen enlaces simples entre sus átomos de carbono, mientras que los no saturados presentan al menos un enlace doble o triple. Entre estos últimos encontramos los alquenos y alquinos en química orgánica, que son especialmente importantes por su reactividad y aplicaciones industriales. Los alquenos tienen un enlace doble entre carbonos y siguen una nomenclatura específica donde la terminación -eno indica la presencia de dicho enlace. Por su parte, los alquinos presentan un enlace triple y se identifican con la terminación -ino.
La comprensión de estas estructuras es esencial para entender las reacciones químicas y las propiedades de los compuestos orgánicos. Por ejemplo, los alcanos son relativamente estables y se utilizan principalmente como combustibles, mientras que los alquenos y alquinos son más reactivos y sirven como materias primas en la industria química para la producción de plásticos, medicamentos y otros productos cotidianos. La nomenclatura sistemática permite a los químicos comunicarse de manera precisa y universal sobre estos compuestos, facilitando la investigación y el desarrollo de nuevos materiales y sustancias.