Enlace Iónico: La Búsqueda de la Estabilidad
Los átomos son como estudiantes que buscan la configuración más cómoda posible: la de los gases nobles. Para conseguirlo, algunos átomos ceden electrones mientras otros los ganan, transformándose en iones con carga eléctrica.
Cuando un átomo se convierte en ion, adquiere lo que llamamos valencia iónica, que no es más que la carga que tiene después del intercambio. Por ejemplo, el calcio (Ca) pierde 2 electrones y se convierte en Ca⁺², mientras que el nitrógeno (N) gana 3 electrones y se transforma en N⁻³.
Los metales de transición tienen sus propias reglas del juego. Estos elementos buscan tener sus orbitales d medio llenos (5 electrones) o completamente llenos (10 electrones) para alcanzar la estabilidad.
El enlace iónico surge cuando las fuerzas electrostáticas atraen a los cationes (iones positivos) y aniones (iones negativos), formando estructuras cristalinas súper organizadas. Es como un imán gigante a nivel molecular.
¡Recuerda! El enlace iónico siempre ocurre entre un metal (que pierde electrones) y un no metal (que los gana).