Enlace Iónico: Cuando los Opuestos se Atraen
El enlace iónico se forma cuando un metal se une con un no metal. Es como una historia de amor entre elementos con personalidades totalmente diferentes: uno quiere dar electrones y el otro recibirlos.
El proceso ocurre en tres pasos súper claros. Primero, el metal pierde electrones y se convierte en un catión (como Na⁺), mientras que el no metal gana esos electrones formando un anión (como Cl⁻). Segundo, estos iones de carga opuesta se atraen por fuerzas electrostáticas. Tercero, se organizan formando una red cristalina ordenada, como el cloruro de sodio (NaCl).
La electrovalencia te dice cuántos electrones intercambia cada elemento. Por ejemplo, el calcio tiene electrovalencia +2 porque pierde dos electrones. Las redes iónicas son estructuras tridimensionales donde cada ion está rodeado por varios iones de carga opuesta.
Truco para recordar: Los compuestos iónicos son como ciudades perfectamente organizadas donde cada "vecino" tiene carga opuesta.
Los compuestos iónicos tienen propiedades muy características que los hacen únicos. Son sólidos duros pero frágiles, tienen altas temperaturas de fusión, se disuelven en agua y solo conducen electricidad cuando están fundidos o disueltos.