Fundamentos de las disoluciones
¿Sabías que cuando echas azúcar al café estás creando una disolución? Es una mezcla homogénea donde todas las partes tienen las mismas propiedades, como si fuera una sola sustancia.
En toda disolución hay dos protagonistas: el disolvente (el componente más abundante, como el agua en tu café) y el soluto (el componente minoritario, como el azúcar). Piensa en ello como el actor principal y el secundario de una película.
Las disoluciones acuosas son especiales porque usan agua como disolvente. El agua se llama "disolvente universal" porque puede disolver muchísimas cosas diferentes. Pueden contener solutos sólidos (como la sal), líquidos (como el alcohol) o incluso gases (como el CO₂ en los refrescos).
💡 Truco para recordar: El disolvente es como el anfitrión de una fiesta (más abundante), y los solutos son los invitados (menos abundantes).
Solubilidad: ¿quién se lleva bien con quién?
No todas las sustancias se mezclan bien con el agua. Las sustancias solubles forman disoluciones perfectas (como la sal), mientras que las insolubles crean mezclas heterogéneas donde puedes ver las partes separadas (como el aceite).
Con los líquidos pasa algo parecido. Los líquidos miscibles se mezclan completamente con agua (como el alcohol), pero los líquidos inmiscibles no forman mezclas estables (como el aceite con agua).
Hay una regla curiosa: lo que se disuelve en agua normalmente NO se disuelve en líquidos que no se mezclan con agua. Es como si las sustancias tuvieran "equipos" y solo se llevaran bien con su propio grupo.