La ley de gravitación universal establecida por Isaac Newton es uno de los principios fundamentales de la física que explica la atracción entre cuerpos masivos en el universo.
La fórmula de la ley de gravitación universal establece que la fuerza de atracción gravitatoria entre dos cuerpos es directamente proporcional al producto de sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que los separa. Esta relación se expresa matemáticamente como F = G(m₁m₂)/r², donde G es la constante de gravitación universal con un valor de 6.67 × 10⁻¹¹ N·m²/kg². En la superficie terrestre, esta fuerza se simplifica como la aceleración de la gravedad o constante g 9.81 m/s².
Las leyes de Kepler complementan la comprensión del movimiento planetario. La primera ley de Kepler establece que los planetas describen órbitas elípticas con el Sol en uno de sus focos. La segunda ley de Kepler indica que una línea que une un planeta y el Sol barre áreas iguales en tiempos iguales, mientras que la tercera ley de Kepler relaciona matemáticamente el período orbital de un planeta con su distancia media al Sol mediante la fórmula T²/r³ = constante. Estas leyes fueron fundamentales para que Newton desarrollara su ley de la gravedad, famosamente inspirada por la caída de una manzana, según cuenta la historia. La ley de gravitación universal forma vectorial permite calcular no solo la magnitud de la fuerza gravitatoria sino también su dirección, siendo especialmente útil en cálculos astronómicos y en el estudio del movimiento orbital de satélites artificiales.