El Final de Sócrates y su Legado
El universalismo ético de Sócrates defendía que existe una escala de valores universal que cada persona debe descubrir. Su intelectualismo moral afirmaba algo radical: nadie hace el mal voluntariamente, solo por ignorancia.
Para él, conocimiento moral equivale a conducta buena, mientras que ignorancia moral lleva a conducta mala. Primero mejoras como persona, después mejoras la sociedad.
Sócrates fue acusado de impietat (no creer en los dioses oficiales) y corromper a la juventud. Sus acusadores eran un poeta, un político y un orador: todos usaban la palabra como instrumento de poder, justo lo contrario de lo que él defendía.
Condenado a muerte, rechazó el exilio y una fuga organizada por sus discípulos. Fiel a sus principios sobre respetar las leyes justas, bebió la cicuta y pasó sus últimas horas debatiendo sobre la inmortalidad del alma.
Las diferencias con los sofistas son claras: Sócrates era humil frente a su arrogancia, buscaba la verdad frente a su escepticismo, y veía la palabra como camino hacia la sabiduría frente a su uso como herramienta de manipulación.
Su legado perdura: Cada vez que cuestionas algo para llegar a la verdad, estás siguiendo el camino que Sócrates abrió hace más de 2.400 años.