Apolonio y la astronomía del futuro
La historia de Apolonio de Perga demuestra cómo la ciencia pura puede tener aplicaciones imprevistas siglos después. Este joven matemático llegó a Alejandría para estudiar con los sucesores de Euclides y revolucionó la geometría.
Su gran aportación fue el estudio de las curvas cónicas: las figuras que obtienes al cortar un cono con un plano. Descubrió tres tipos: elipse, parábola e hipérbola. Para él era matemática pura, sin aplicación práctica aparente.
¡Pero aquí viene lo increíble! En el siglo XVII, Kepler utilizó los estudios de Apolonio sobre la elipse para formular su primera ley planetaria: los planetas describen órbitas elípticas alrededor del Sol. Un descubrimiento matemático del siglo II a.C. resolvió uno de los misterios astronómicos más importantes.
Durante siglos, los astrónomos se habían equivocado al pensar que las órbitas planetarias debían ser circulares (porque el círculo era "perfecto" y "divino"). Apolonio, sin saberlo, había encontrado la forma real de las órbitas planetarias.
Lección para la vida: Nunca sabes cuándo un conocimiento aparentemente "inútil" puede cambiar el mundo. La ciencia básica siempre acaba teniendo aplicaciones sorprendentes.