Escuelas Helenísticas: Filosofía para la Vida Práctica
Cuando las ciudades-Estado griegas colapsaron, la filosofía cambió radicalmente. Ya no se trataba solo de entender el mundo, sino de encontrar seguridad personal y felicidad individual en medio del caos político. El sabio no es solo quien sabe, sino "quien sabe vivir".
El Epicureísmo, fundado por Epicuro, entendía la filosofía como medicina del alma. Su propuesta ética hedonista era revolucionaria: la felicidad consiste en evitar el dolor para disfrutar del placer, pero con inteligencia.
Epicuro distinguía tres tipos de placeres: naturales y necesarios (alimentarse, abrigarse), naturales pero no necesarios (comida exquisita, perfumes) y ni naturales ni necesarios (riqueza, fama). Solo los primeros nos hacen realmente felices.
El Tetrafarmakon epicúreo era un remedio contra la angustia: "No temas a los dioses, no te preocupes por la muerte, lo bueno es fácil de conseguir, lo espantoso es fácil de soportar." El objetivo final es la ataraxia: ausencia de perturbación mental e inquietud.
Malentendido frecuente: Epicuro no promovía el libertinaje, sino el disfrute moderado e inteligente de los placeres naturales y necesarios.