El legado: dos formas opuestas de ver la verdad
La diferencia entre sofistas y Sócrates marca dos maneras completamente opuestas de entender la educación y la verdad. Los sofistas pensaban que todo es relativo y que lo importante es convencer y triunfar en la vida. Sócrates, por el contrario, creía en una verdad universal que se alcanza mediante el diálogo y la razón.
Para Sócrates, era mejor sufrir una injusticia que cometerla, porque hacer el mal corrompe el alma. También sostenía que los delincuentes deberían ser reeducados, no solo castigados, porque su error procede de la ignorancia. Esta idea influyó profundamente en nuestras concepciones modernas de justicia.
El método socrático sigue siendo fundamental en la educación actual: no se trata de memorizar respuestas, sino de aprender a hacer las preguntas correctas. En lugar de dar peces, Sócrates enseñaba a pescar.
Su famosa frase "solo sé que no sé nada" no era falsa modestia, sino una invitación constante a seguir buscando la verdad. Frente al relativismo sofista, Sócrates nos recuerda que algunas cosas pueden ser objetivamente correctas o incorrectas.
Para el examen: Si un sofista dice "mentir está bien si te beneficia", Sócrates respondería que solo quien comprende el valor de la justicia puede actuar correctamente, y que mentir corrompe el alma aunque sea útil.