La realidad según Platón: dos mundos diferentes
¿Alguna vez has notado que las cosas que ves no son perfectas? Ese triángulo que dibujas nunca es perfecto, pero sabes cómo debería ser uno perfecto. Platón tenía una explicación genial para esto: existen dos mundos completamente diferentes.
El mundo sensible es el que captamos con nuestros sentidos - todo lo que vemos, tocamos y olemos. Pero este mundo está lleno de copias imperfectas que cambian constantemente. El mundo inteligible, en cambio, es donde están las Ideas - los modelos perfectos de todo lo que existe. Es eterno, inmutable y solo se puede conocer con la razón.
Las Ideas son como los moldes perfectos de todas las cosas. Existe la Idea de Belleza, de Justicia, de Triángulo, etc. Y por encima de todas está la Idea del Bien, que es como el sol que ilumina todo lo demás. Sin el Bien, no podríamos conocer ni entender nada más.
Para explicar cómo se relacionan estos mundos, Platón inventó la figura del Demiurgo - un artífice divino que creó el mundo material copiando las Ideas perfectas. Es como un arquitecto que construye casas siguiendo los planos perfectos.
💡 Recuerda: Las Ideas no son conceptos en nuestra mente, sino realidades que existen independientemente de nosotros. ¡Las descubrimos, no las inventamos!