El Alma, las Virtudes y el Estado Ideal
Tu alma no es una sola cosa, sino que tiene tres partes que están constantemente en conflicto. Platón lo explica con la alegoría del carro alado: el auriga (parte racional) intenta controlar dos caballos - uno blanco que representa el alma irascible (valor y voluntad) y uno negro que simboliza el alma concupiscible (deseos y necesidades corporales).
Cada parte del alma tiene su propia virtud. La parte racional debe desarrollar la prudencia y sabiduría (sofía), la irascible necesita fortaleza (andreía), y la concupiscible requiere moderación (sofrosine). Cuando las tres están en equilibrio, tienes justicia.
Esta división del alma se refleja en la sociedad ideal de Platón. Los que dominan la razón deben ser gobernantes-filósofos, los valientes serán guardianes (soldados), y los que buscan placeres materiales trabajarán como productores. Platón critica duramente la democracia por ser caótica y defiende que solo los filósofos, que conocen la verdad, deberían gobernar.
Reflexión importante: Para Platón, la justicia tanto personal como social se logra cuando cada parte cumple su función específica sin interferir con las demás.