Parménides y el Problema del Cambio
Parménides de Elea planteó una idea radical que cambió toda la filosofía posterior. En su famoso "Poema", la diosa Diké le revela una verdad fundamental: "lo que es, es; y lo que no es, no es".
Según Parménides, solo existe el Ser, que es único, inmóvil y eterno. El cambio y el movimiento que percibimos con los sentidos son puras ilusiones. Para él, pensar y ser es lo mismo - la razón se identifica completamente con la realidad.
Su discípulo Zenón de Elea creó famosas paradojas como la de "Aquiles y la tortuga" para demostrar que el movimiento es imposible. Si Aquiles le da ventaja a una tortuga en una carrera, nunca la alcanzará porque siempre le quedará una distancia por recorrer.
Esta posición tan extrema obligó a los filósofos posteriores a buscar nuevas soluciones. Así nacieron los presocráticos pluralistas, que abandonaron la idea de un único arjé.
Empédocles propuso cuatro elementos (tierra, aire, fuego y agua) unidos inicialmente en el "esfero" por el Amor, pero separados después por el Odio. Esta mezcla de elementos explicaba la variedad del mundo sin renunciar a un origen único.
Anaxágoras defendía que existen infinitas "semillas" (homeomerías) mezcladas en todas las cosas. Una sustancia es lo que es porque predominan en ella las semillas correspondientes. El Nous (mente universal) ordena estas mezclas con una finalidad.
¡Importante para el examen! Los pitagóricos mezclaban ciencia y misticismo, influidos por el orfismo que buscaba purificar el alma para que ascendiera al cielo.