Aplicación práctica y reflexión final
La filosofía crítica nos enseña a identificar nuestros prejuicios en situaciones reales. Por ejemplo, cuando vemos a mujeres musulmanas usando burka, nuestro juicio suele contener sesgos: si lo condenamos, podemos estar siendo etnocéntricos (creer que nuestras costumbres son superiores); si lo aceptamos sin más, podemos estar siendo androcéntricos (aceptar la dominación masculina).
Esta dependencia de los prejuicios nos mantiene en lo que Kant llamaba "minoría de edad intelectual". Es más fácil aceptar ideas preconcebidas que pensar por nosotros mismos, pero esa comodidad tiene un precio: perdemos nuestra autonomía intelectual.
La solución kantiana sigue siendo válida hoy: "¡Atrévete a saber!" Es decir, ten el valor de usar tu propia razón, cuestiona lo que te dicen, busca evidencias, analiza críticamente la información que recibes.
En un mundo lleno de información instantánea, fake news y opiniones polarizadas, desarrollar una actitud crítica no es solo un ejercicio filosófico: es una habilidad de supervivencia intelectual.
💡 Para la vida: La próxima vez que veas una noticia en redes sociales, pregúntate: ¿qué criterio de verdad puedo aplicar aquí? ¿Estoy dejándome llevar por prejuicios?