La teoría de la evolución representa uno de los avances más significativos en la comprensión del origen y desarrollo de la vida en nuestro planeta. Las implicaciones filosóficas de esta teoría han transformado profundamente nuestra visión del mundo natural y nuestro lugar en él.
El evolucionismo se fundamenta en dos grandes teorías principales: la Teoría de Lamarck y la Teoría de Darwin. Lamarck propuso que los organismos podían transmitir a sus descendientes las características adquiridas durante su vida, mientras que Darwin introdujo el concepto revolucionario de la selección natural. La selección natural funciona mediante la supervivencia y reproducción diferencial de los organismos mejor adaptados a su entorno. Por ejemplo, las jirafas con cuellos más largos podían alcanzar mejor el alimento en las copas de los árboles, lo que aumentaba sus probabilidades de sobrevivir y reproducirse, transmitiendo esta característica a sus descendientes.
El neodarwinismo representa la síntesis moderna de la teoría evolutiva, incorporando los descubrimientos de la genética molecular y otros avances científicos. Esta teoría explica cómo la selección natural humana y la de otras especies continúa operando en la actualidad. La teoría de la evolución Darwin para niños se puede explicar de manera sencilla: imagina que en una población de mariposas, algunas son más oscuras y otras más claras. Si el ambiente tiene árboles oscuros, las mariposas más oscuras sobrevivirán mejor porque los depredadores no pueden verlas tan fácilmente. Con el tiempo, habrá más mariposas oscuras en la población porque han sido "seleccionadas" naturalmente por el ambiente. Las teorías de la evolución nos ayudan a entender de dónde venimos según la filosofía y la ciencia, proporcionando una explicación natural para la diversidad de la vida en la Tierra.