El Ser Humano: Alma y Cuerpo
En la jerarquía de la creación, después de los ángeles viene el ser humano. Mientras los ángeles son espíritu puro, nosotros somos un compuesto de cuerpo y alma, adoptando el dualismo antropológico de Platón con matices cristianos.
El alma humana es espiritual, simple e inmortal, y nos hace semejantes a Dios. Es principio vital e intelectual, unida accidentalmente al cuerpo mortal. Pero ojo: San Agustín no considera que el cuerpo sea malo (Dios no crea el mal), aunque sí puede ser un obstáculo para la salvación debido al pecado original.
El Origen y Destino del Alma
San Agustín rechazó la preexistencia platónica por contraria al cristianismo, pero dudó entre dos teorías. El traducianismo afirma que el alma pasa de padres a hijos (explica el pecado original pero no cómo se transmite). El creacionismo dice que Dios crea cada alma nueva (pero entonces crearía almas imperfectas).
El destino final del alma es el encuentro con Dios tras la muerte. Sin embargo, debido al pecado original, necesita la gracia divina para salvarse, un don que Dios otorga a cambio de la fe auténtica.
El alma funciona mediante tres facultades: memoria (reflexión), entendimiento (comprensión) y voluntad (amor).
💡 Concepto fundamental: La salvación no depende solo de nuestros méritos, sino principalmente de la gracia divina que recibimos por la fe.