Kant: La Revolución de la Ética Formal
Kant llegó en el siglo XVIII para revolucionar todo lo que habían dicho los filósofos anteriores. Su crítica era demoledora: todas las éticas materiales anteriores (que proponían fines como la felicidad o el placer) tenían tres problemas fundamentales.
Primero, eran empíricas: se basaban en experiencias particulares en lugar de principios universales. Segundo, eran hipotéticas: "si quieres ser feliz, entonces haz esto". Tercero, eran heterónomas: las normas venían de fuera, no del propio individuo.
La solución de Kant fue la ética formal: no importa el contenido de tus acciones, sino que cumplan ciertas características formales. Su famoso imperativo categórico lo resume perfectamente: "Obra solo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal".
Esta fórmula significa que antes de actuar, debes preguntarte: "¿Y si todo el mundo hiciera lo mismo que yo?" Si la respuesta te parece bien, entonces es moralmente correcto. También añadió: "Trata a las personas como fines, no como medios".
💡 Reflexión: El imperativo categórico de Kant sigue siendo relevante hoy. Antes de tomar una decisión moral, pregúntate: "¿Qué pasaría si todos actuaran como yo?"