La Filosofía moderna representa un periodo crucial en el desarrollo del pensamiento occidental que se extiende desde el siglo XVI hasta el XVIII. Este período marca una transición fundamental desde el pensamiento medieval hacia nuevas formas de entender el mundo y el ser humano.
El Humanismo renacentista surge como un movimiento intelectual y cultural que coloca al ser humano en el centro del universo. Los humanistas famosos como Erasmo de Rotterdam y Thomas More desarrollaron una nueva visión del mundo basada en la dignidad humana y el retorno a los clásicos grecorromanos. Las características del humanismo incluyen el antropocentrismo, la valoración de la razón, el interés por las lenguas clásicas y la búsqueda del conocimiento a través de la experiencia directa. La relación entre Renacimiento y humanismo es fundamental, ya que ambos movimientos se nutrieron mutuamente para crear una nueva cosmovisión que rompía con el teocentrismo medieval.
Nicolás Maquiavelo emerge como una figura central en la filosofía política renacentista. Su obra "El Príncipe" establece las bases de la teoría política de Maquiavelo, que se caracteriza por su análisis realista del poder. Las características del príncipe Maquiavelo incluyen la necesidad de mantener el poder mediante una combinación de virtud y fortuna, la importancia de la apariencia sobre la realidad moral, y la justificación de medios cuestionables para alcanzar fines políticos necesarios. El poder según Maquiavelo se fundamenta en la comprensión práctica de la naturaleza humana y la necesidad de adaptarse a las circunstancias cambiantes. Esta visión pragmática de la política continúa influyendo en el pensamiento político contemporáneo, demostrando la actualidad del pensamiento político de Maquiavelo en nuestros días.