Rousseau - Crítica a la Civilización
Rousseau desafía el optimismo ilustrado con una idea revolucionaria: "el hombre es bueno por naturaleza, la sociedad lo corrompe". Su análisis contrasta el estado de naturaleza con la sociedad civil actual.
En el estado de naturaleza, los humanos viven aislados, fuertes y autosuficientes. Solo tienen dos motivaciones: autoconservación y compasión. No hay desigualdades políticas ni morales, solo algunas diferencias físicas naturales.
Lo que nos distingue de los animales son dos capacidades únicas: la libertad natural (no dependemos de instintos fijos) y la perfectibilidad (capacidad de cambiar y mejorar). Paradójicamente, estas mismas cualidades nos llevan a abandonar el estado natural.
Revolución educativa: Los niños no son adultos en miniatura; tienen su propia forma de pensar y sentir que debemos respetar.
La propiedad privada marca el inicio de la corrupción: genera conflictos, desigualdades y "guerra de todos contra todos". Los gobiernos y leyes surgen para controlar estos conflictos, pero consolidan la injusticia.
Su propuesta educativa en Emilio respeta el desarrollo natural del niño. Distingue etapas: infancia (juego y sentidos), adolescencia (utilidad y oficios) y juventud (moral y religión). La educación debe permitir que el niño descubra por sí mismo, no solo obedecer.
Políticamente, critica que las ciencias y artes hayan creado sociedades artificiales dominadas por la desigualdad, contradiciendo la idea ilustrada del progreso automático.