Santo Tomás: Ética y Política
La felicidad es el fin último de la ética - tu voluntad busca el Bien en sí, aunque solo puedas elegir entre bienes particulares. Como tu intelecto conoce tanto el bien como el mal de las cosas (excepto Dios), tu voluntad es libre para elegir.
La ley natural es tu participación en la ley eterna divina - principios morales que puedes conocer por razón y que regulan tu conducta. El primer principio es simple: "haz el bien y evita el mal".
De tus tres tendencias naturales surgen tres normas básicas: conservar la vida, procrear y educar la descendencia, y conocer la verdad sobre Dios viviendo en sociedad. Tu conciencia moral aplica estos principios a situaciones concretas.
Las cuatro virtudes cardinales (justicia, prudencia, fortaleza, templanza) se complementan con las tres virtudes teologales (fe, esperanza, caridad) para el desarrollo completo de tu personalidad.
En política, la ley positiva debe concretar la ley natural - si las leyes civiles van contra la ley natural, debes desobedecerlas. El Estado surge naturalmente porque tiendes a vivir en sociedad, pero su soberanía está limitada por la ley natural.
La Iglesia se ocupa del fin sobrenatural del hombre (felicidad eterna) mientras el Estado atiende los fines terrenales. Ambas instituciones deben colaborar sin obstaculizarse mutuamente.
💡 Principio clave: Las mejores formas de gobierno son monarquía, aristocracia y democracia respetuosa de la ley - todas deben servir al bien común.