El legado eterno: Hacia la justicia perfecta
La filosofía platónica culmina en un proyecto político revolucionario. Si el alma justa armoniza sus tres partes, la ciudad justa debe hacer lo mismo: los filósofos (razón) gobiernan, los guardianes (parte irascible) defienden, y los productores (parte concupiscible) trabajan.
Esta República ideal surge de la crisis ateniense. Los sofistas habían relativizado todo, los políticos buscaban solo el poder, y la democracia había matado al hombre más justo: Sócrates. Para Platón, solo los filósofos-reyes pueden crear una sociedad perfecta, porque solo ellos conocen la Idea de Bien.
El impacto de Platón en la historia es incalculable. Su dualismo dosmundos,cuerpo−alma,sentidos−razoˊn marcó el cristianismo medieval. Su idealismo influyó en toda la filosofía moderna. Su método dialéctico inspiró desde Hegel hasta Marx.
Incluso cuando los filósofos posteriores lo criticaron, tuvieron que definirse frente a él. Aristóteles, su discípulo, construyó su sistema refutando la teoría de las Ideas. Los filósofos modernos siguen debatiendo si el mundo verdadero está "ahí fuera" (realismo) o en nuestra mente (idealismo).
Su verdadero legado: Platón nos enseñó que la filosofía no es solo curiosidad intelectual, sino compromiso político. El filósofo tiene el deber de transformar el mundo, no solo de comprenderlo.
La Academia platónica duró casi 900 años, hasta que el emperador Justiniano la cerró en el 529 d.C. Pero las ideas de Platón siguen vivas cada vez que alguien busca la verdad más allá de las apariencias, o sueña con una sociedad más justa.