Política y Ética Platónica: La Ciudad Justa
La política de Platón refleja directamente su visión del alma. Así como la razón debe gobernar el alma, los filósofos deben gobernar la ciudad. Cada clase social corresponde a una parte del alma: gobernantes-filósofos (alma racional), guerreros-guardianes (alma irascible) y productores (alma concupiscible).
Para evitar la corrupción y el nepotismo, Platón propone medidas radicales: los gobernantes y guerreros no pueden tener familia privada ni propiedades personales (comunismo platónico). Todos los niños se crían en común y las mujeres pueden desempeñar las mismas funciones que los hombres.
La justicia se logra cuando cada parte cumple su función: los gobernantes aportan sabiduría, los guardianes valor, y los productores templanza. Ni más ni menos.
En ética, Platón asocia una virtud a cada parte del alma: prudencia (alma racional), fortaleza (alma irascible) y templanza (alma concupiscible). Cuando las tres funcionan en armonía bajo el gobierno de la razón, surge la justicia como virtud suprema.
El objetivo final es alcanzar la Idea del Bien, que es la fuente de toda verdad y justicia. La filosofía se convierte en un proceso de purificación que prepara al alma para la muerte y su posible retorno al mundo inteligible.
💡 Para reflexionar: El sistema político de Platón puede parecer utópico o autoritario, pero refleja su convicción de que solo el conocimiento verdadero puede crear una sociedad justa.