El proceso de recordar: de lo sensible a lo inteligible
Tu cerebro hace algo increíble cada día sin que te des cuenta: al ver objetos "iguales", automáticamente reconoce un concepto perfecto de igualdad que nunca has visto físicamente.
Sócrates explica que cuando observamos cosas que parecen iguales, nuestro intelecto recuerda la verdadera igualdad que ya conocía. Es crucial entender que usamos el verbo "ver" (conocimiento sensible) como punto de partida para intuir otro tipo de conocimiento superior.
La dependencia epistemológica es fascinante: para reconocer un caballo necesitas tener previamente la Idea de "caballo", si no solo verías una mancha marrón moviéndose. Sin embargo, paradójicamente, el proceso de reminiscencia necesita la experiencia sensible para activarse.
Platón establece dos niveles de conocimiento: la doxa (conocimiento sensible, opinión) y la episteme (conocimiento verdadero). Los objetos sensibles siempre son imperfectos comparados con sus Ideas correspondientes.
💡 Clave: El mundo sensible es una copia imperfecta del mundo inteligible, pero necesario para despertar nuestros recuerdos.