Los Dos Tipos de Virtudes
Para entender las virtudes, necesitas conocer cómo funciona nuestra alma según Aristóteles. Tenemos una parte sensitiva (emociones, deseos, voluntad) y una parte racional (razón teórica y práctica). Cada parte tiene sus propias virtudes.
Las virtudes dianoéticas son las del intelecto - se aprenden estudiando y con experiencia. La más importante es la prudencia, que es como un GPS moral: te ayuda a saber qué es lo correcto en cada situación específica. Un maestro puede enseñarte estas virtudes, pero necesitas práctica para dominarlas.
Las virtudes éticas son las del carácter y se desarrollan con la costumbre desde pequeño. No las aprendes en los libros, sino repitiendo actos buenos hasta que se vuelven parte de ti. Por ejemplo, si tus padres te enseñan a ser generoso obligándote a compartir, al final desarrollas la generosidad como hábito natural.
Lo genial es que existe una retroalimentación: cuanto más virtuoso te vuelves, más fácil es actuar bien, y cuanto más actúas bien, más virtuoso te vuelves. Es como un círculo virtuoso (literalmente).
Importante: Las virtudes éticas tardan en desarrollarse, por eso Aristóteles dice que es raro ver jóvenes realmente virtuosos. ¡Paciencia contigo mismo!