Cómo estructurar tu disertación filosófica
La clave está en organizar bien tus ideas desde el principio. Una disertación filosófica no es solo dar tu opinión, sino demostrar que sabes analizar un problema complejo desde diferentes ángulos.
La introducción es tu carta de presentación. Aquí presentas brevemente el tema y formulas la pregunta principal que vas a resolver. También debes indicar tu tesis inicial y explicar cómo vas a desarrollar tu análisis.
El desarrollo es donde demuestras todo lo que sabes. Primero expones el problema definiendo conceptos clave y explicando por qué es importante. Luego viene la argumentación, donde presentas teorías de filósofos como Platón, Descartes o Kant, analizas argumentos a favor y en contra, y das tu posición personal bien justificada.
La conclusión cierra tu análisis resumiendo las ideas principales y reforzando tu postura. Puedes dejar una reflexión final que invite a seguir pensando sobre el tema.
Consejo clave: Cada párrafo debe tener una idea principal clara. No mezcles argumentos diferentes en el mismo párrafo o perderás claridad.