Los Grandes Filósofos Empiristas
George Berkeley llevó el empirismo al extremo con una idea que te va a sorprender: las cosas solo existen cuando las percibimos. Su frase famosa "esse est percipi" significa "ser es ser percibido". Según él, si nadie está viendo ese árbol del parque, técnicamente no existe (aunque Dios siempre lo esté "viendo").
David Hume fue aún más radical y planteó preguntas que siguen molestando a los filósofos hoy. Distinguía entre impresiones (lo que sientes directamente) e ideas (tus recuerdos y pensamientos sobre esas impresiones).
El problema de la causalidad de Hume es genial: aunque veas que cada vez que presionas el interruptor se enciende la luz, en realidad no puedes percibir directamente que el interruptor cause que se encienda. Solo ves que una cosa sigue a la otra, pero tu mente asume la conexión.
Su escepticismo sobre la inducción también es interesante: aunque el sol haya salido por el este millones de veces, no tenemos garantía lógica de que mañana vaya a hacerlo.
Piénsalo así: Hume te diría que mucho de lo que consideras "conocimiento seguro" en realidad son solo hábitos mentales basados en experiencias pasadas.