Filosofía antigua: los fundamentos
La filosofía antigua empezó en el siglo VI a.C. en Jonia con una búsqueda épica: encontrar el arché (principio único) de la naturaleza. Los filósofos presocráticos propusieron diferentes candidatos: Tales decía que era el agua, Pitágoras los números, Héraclito el fuego.
Luego llegaron los sofistas en los siglos V-IV a.C., que más que buscar la verdad querían persuadir. Sócrates los criticó duramente, planteando la búsqueda de la virtud mediante el autoconocimiento.
Platón, discípulo de Sócrates, defendió la existencia de un mundo perfecto de ideas. Según él, si recuerdas esas ideas, eres filósofo. Aristóteles, su discípulo, fue más práctico: criticó a los sofistas, defendió verdades objetivas y fundó el Liceo.
Tras la muerte de Alejandro Magno (323 a.C.), surgieron nuevas escuelas: el estoicismo predicaba la resignación, el epicureísmo la vida moderada, y el escepticismo dudaba de todo conocimiento absoluto.
💡 Dato interesante: Los cínicos, como Diógenes, abogaban por volver a la vida animal y abandonar las convenciones sociales. ¡Eran los hippies de la antigüedad!