La Duda Metódica y el Famoso "Pienso, luego existo"
Aquí viene lo genial: Descartes decidió dudar de todo para encontrar algo de lo que no pudiera dudar. Esta duda metódica no es ser pesimista, sino una herramienta filosófica súper inteligente.
Planteó tres tipos de dudas que te van a sorprender. Primero, la duda de los sentidos: ¿cuántas veces te han engañado tus ojos o tus oídos? Si te engañan a veces, ¿por qué no siempre? Segundo, sueño vs. vigilia: ¿cómo sabes si ahora mismo no estás soñando? Y tercero, la hipótesis del genio maligno: imagina que existe un ser que te engaña constantemente, incluso sobre las matemáticas.
Pero entonces llegó a su descubrimiento más famoso: aunque dude de todo, no puede dudar de que está dudando. Si duda, está pensando, y si piensa, existe: "Cogito ergo sum" (pienso, luego existo). Esta fue su primera certeza absoluta, el punto de partida para todo su sistema filosófico.
Las ideas son el contenido de este pensamiento. Pueden ser adventicias (del exterior), facticias (inventadas por nosotros) o innatas (claras y distintas por naturaleza). Solo las innatas nos dan certeza verdadera.
¡Conexión actual! Cuando dudas de una noticia falsa en redes sociales, estás aplicando un tipo de duda metódica cartesiana.