Contexto Histórico
En el siglo XVII, se experimentó una fuerte sensación de crisis en Europa, marcada por conflictos teológicos y políticos. Este contexto fue la preminiscencia de la razón, y la filosofía cartesiana surgió con el objetivo de desarrollar un sistema filosófico basado enteramente en la razón. Descartes, como representante de este pensamiento cartesiano, buscaba reconstruir el saber humano sobre bases estrictamente racionales.
Conflictos Religiosos y Políticos
La Europa de Descartes estaba marcada por las guerras de religión y la formación de Estados absolutistas. La Guerra de los Treinta Años, que involucró a todas las potencias europeas, fue un reflejo de este conflicto entre católicos y protestantes. Todo esto influyó en el pensamiento y la existencia, especialmente en el primer principio de la metafísica cartesiana, que se centraba en la existencia de Dios y el mundo.
Revolución Científica
En esa misma época, se produjo una revolución científica que cuestionaba el saber medieval y oponía la razón a la autoridad. Las investigaciones empezaron a entrar en conflicto con las doctrinas religiosas o políticas, y esto llevó a la aparición de la ciencia moderna.
Descartes y la Filosofía Moderna
Descartes se convirtió en un representante de la filosofía moderna, que buscaba reformar la escolástica, la física aristotélica y la astronomía ptolemaica. Buscaba establecer un método que asegurara el acceso a la verdad en la búsqueda del conocimiento.
El Método Cartesiano
Descartes estableció un método que guiaba hacia la verdad, basado en cuatro reglas:
1. La Evidencia
Descartes estableció la evidencia como criterio de verdad. Según él, solo la razón podía conducirnos a la verdad, por lo que la evidencia se convirtió en la primera regla de su método.
2. El Análisis
La segunda regla del método cartesiano consistía en que solo la razón podía determinar las leyes y principios que rigen la naturaleza. Descartes creía en descomponer un problema complejo en partes más básicas a través del análisis, dividiendo la idea compleja en sus elementos más simples.
3. La Síntesis
La tercera regla del método cartesiano consistía en la síntesis, que se aplicaba para reconstruir las ideas a partir de sus elementos más simples, llegando a una comprensión completa del problema.
4. La Enumeración
La última regla del método cartesiano se centraba en la enumeración, que permitía que todo fuera revisado en detalle y nada se pasara por alto en el proceso de búsqueda de la verdad.
El método cartesiano redefinió la manera en que se planteaba el conocimiento, introduciendo la razón como facultad fundamental y estableciendo un riguroso método para guiarla hacia la verdad. Este método influyó no solo en la filosofía, sino también en las matemáticas y la ciencia moderna, transformando la forma en que se buscaba el conocimiento.