Ética: El Camino Hacia la Felicidad
¿Qué te haría verdaderamente feliz? Aristóteles dedicó mucho tiempo a esta pregunta y llegó a conclusiones que siguen siendo relevantes hoy. Su ética eudemonista sostiene que el objetivo final de todo ser humano es ser feliz, pero no de cualquier manera.
La felicidad aristotélica no es individual sino colectiva. Mi felicidad depende de la felicidad de todos - esto es lo que llamamos bien común. No puedes ser realmente feliz si vives en una sociedad infeliz, porque el ser humano es esencialmente social.
Aristóteles identifica tres tipos de bienes: los externos (riqueza, fama, poder), los del cuerpo (salud, placer) y los del alma (sabiduría, contemplación). Aunque los tres son importantes, solo los bienes del alma nos dan felicidad verdadera y duradera.
Fórmula aristotélica: Virtud = Sabiduría + Hábito. No basta con conocer lo bueno, hay que practicarlo constantemente.
La clave está en encontrar el término medio entre los extremos. La valentía está entre la cobardía y la temeridad. La generosidad entre la tacañería y el derroche. Cada persona debe encontrar su propio equilibrio usando la prudencia, que es saber elegir lo correcto en cada momento.
Aristóteles distingue entre virtudes dianoéticas (intelectuales: inteligencia, prudencia, sabiduría) y virtudes éticas (del carácter: justicia, valentía, templanza). Necesitas ambas para ser verdaderamente feliz.